La música como forma de silencio

El clima y el entorno nunca acompañan en lugar alguno donde uno vaya, no solo es el calor lo que me tiene a mal traer, sino que particularmente me refiero en este caso a la música. 
Me inunda una sensación de caos estando fuera de casa y a veces dentro también  Ya sea porque están escuchando cumbia o algo de todo ese barullo. Pero también hay gente que no piensa en lo que significa crear o acompañar un clima con música incidental... En su pobre idea de lo que la música puede hacer (o deshacer) hacen una asociación muy básica y casi salvaje:  a ver que tenemos... Kermese, Listo! va como trompada! las kermeses van con casi todo!... y ahí la dejan girando como un trompo.  No toman conciencia del ritmo de un relato, la cadencia, el momento que se esta generando, viviendo, no cambian eso para poner algo acorde (cuak!), lejos de siquiera marcar sincros ni situaciones coreografiadas.
Hay una falla muy grande, y se debe a que tanto el “músico” como quien escucha intentan llevarse puesta la canción. No entienden de la importancia del silencio , de ese espacio en blanco entre cada nota que da orden a los sonidos y en definitiva, es el que transforma el caos en armonía.
Después actúan como jerarcas de la música y abren fuego contra todo aquel que tenga una perspectiva diferente : el hombre de tango cree que se han perdido todo tipo de valores y algunos hasta siguen aborreciendo a Piazzolla. El hombre de guitarra y rock cree que la respuesta esta en tocar mil notas por segundo hasta que se rompan las cuerdas y al dj de turno en un boliche le intereza tener lo nuevo de un ritmo que produce taquicardia, para hacer otro remix de lo que ya esta remixado.
Otros hablan con violencia a la hora d eopinar, no ven que no se trata de si una banda fue la mejor del mundo o la peor, o si se trata de fieles sombras de estrellas, soberbios, humildes, pobres, ricos, talentosos, ingeniosos, ladrones, generosos, caretas, chetos, o raros peinados nuevos. Es decir, no es un punto en la historia o un análisis sociológico.
La verdad, no termino de entender nunca a la gente, no soy un moralista que defiende hasta la muerte su dignidad y que por ende tiene la soberbia propia de creer que va a cambiar el mundo cuando ni siquiera puede decirle a alguien " te quiero" con la seguridad necesaria. No soy tampoco aquel que se pinta a si mismo como visionario, pero si soy tal vez " alguien buscando una visión" y que en ese camino va mirando de reojo a las personas que se ríen de las cosas que me mantienen vivo, como lo es la música, y las llenan de etiquetas solo con la intención de hacer mal.
 Voy trabajando en la aceptación, para no tener que caer en la tolerancia !












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